Antes de uma viagem a Buenos Aires, pesquisei e fiz um recorte, dentro de minhas escolhas, de um tipo de poesia que se pode intitular de contemplativa, ou metafísica, ou de lírica reflexiva (se tais termos não forem uma contradição em certa perspectiva), ou ainda de pendor clássico, por assim dizer, e descobri uma seara riquíssima dentro da faina poética na América Espanhola. Trouxe vários livros, não só de poesia, e, quando possível, irei apresentando aos poucos. Foi através do blog do poeta, tradutor e ensaísta Pablo Anadón http://eltrabajodelashoras.blogspot.com/ que encontrei esse filão. Uns — há algum tempo atrás, e não apenas argentinos — foram-me apresentados indiretamente pelo poeta e tradutor Marco Catalão. Outros eu descobri através da internet.
Assim, do notável poeta e tradutor do grego moderno Horácio Castillo (Ensenada, 1934 – La Plata, 2010), eu trouxe de Buenos Aires La casa del ahorcado, Obra poética 1974-1999, Ediciones Colihue. No estudo preliminar de Pablo Anadón lê-se: “Horacio Castillo é um desses poetas que, como o seu admirado Kaváfis, enquanto constroem sua obra gozam de um seguro prestígio, porém quase secreto entre um número mais ou menos exíguo de fiéis leitores, críticos e poetas. [...] Castillo escreveu pouco e — assim como o mencionado poeta alexandrino — publicou menos ainda. [...] Editou, no curso de vinte e cinco anos, quatro livros de poesia de não mais de vinte poemas cada um: Materia acre (Carmina, 1974), Tuerto rey (Carmina, 1982), Alaska (Libros de Tierra Firme, 1993) y Los gatos de la Acrópolis (Ediciones del Copista, Col.“Fénix”, 1998).” O estudo completo e mais outros textos sobre a vida e a obra de Horacio Castillo podem ser lidos aqui:
Poemas:
APENAS POR UN POCO MÁS DE LUZ
Hemos sido mucho tiempo prisioneros de los
conceptos.
Demasiados han muerto por una palabra,
o menos, por su sombra,
para seguir haciéndolo.
Seamos más honestos: luchamos, sí,
pero apenas por uno poco más de luz,
la dignidad de haberlo intentado.
AL PIE DE LA LETRA
Ciudadanos: he sido probo. Escrupulosamente hice
lo que la ley no prohíbe y no hice lo que prohíbe,
de tal manera que podéis considerarme un hijo dilecto,
uno más de los que cerraron su oído al motín, el
corazón a la aventura.
Cada vez que la ciudad dijo sí, dijeron sí mis labios,
y dije no cada vez que la ciudad dijo no.
Quién me ha visto discrepando en las asambleas?
Quién conoce la naturaleza de mi causa?
Quién se agravia del pro o el contra?
Nadie puede levantar un dedo contra mí,
nadie puede ofrecer prueba, dar testimonio, torcer hechos,
proferir injuria,
y quien lo hiciere atraería sobre su temeridad unánime
sancíon,
porque nadie, ciudadanos, me conoce como vosotros,
y nadie como vosotros sabe que he cumplido al pie de la
letra
ahorrando a la ciudad um verdugo, al porvenir un héroe.
PARA SER RECITADO EN LA BARCA DE CARONTE
El paisage es más hermoso de lo que habíamos
imaginado:
estas murallas que caen a pico sobre nosostros,
aquel sol negro descendiendo sobre la laguna,
allá, a estribor, un arco iris que refracta la niebla.
Pero esta moneda de hierro entre los dientes,
este óbolo que debemos morder hasta el término del
viaje,
cierra la boca que desea cantar.
Cantar para estas almas tristes sentadas en el banco,
mientras el cómitre marca con el látigo el compás,
mientras ordena remar sin interrupción,
cada vez más fuerte, cada vez mais rápido, más lejos de la
luz.