PASSEIO SENTIMENTAL
Let us go, then,
you and I...
T. S. Eliot
1
Não se apieda de mim meu coração...
Um exórdio exigente. Segue em
dúvida:
Com essa bela chaga vim ao mundo;
foi toda minha herança...Depois
cala,
abandona os ensaios de lirismo,
e sai a caminhar
como quem dá um adeus definitivo
ao impossível com um ricto póstumo.
2
Caminhemos, meu cão, sim,
caminhemos...
(Vozes alheias ainda o acompanham.)
Na verdade, são três os cães que o
seguem.
Os cachorros saltitam
fratricidamente,
Porém, o Zoilo corre atrás dos
quero-queros.
O areal se derrama sem limites
e o momento é propício. Na ribeira
reina
a solidão feliz: plantas e pássaros.
É paz fingida o silêncio da hora?
Se o coração nega, o esplendor se
adensa.
3
O poente é cegante com seu ouro
e para ele o céu é ócio puro.
A divisa intocada do verão –
a andorinha o deleita numa imagem:
baixando como um dardo para o
espelho
do rio quase imóvel,
bebe a ínfima gota que a sacia
sem deter seu voo, sem machucar a
flor d’água.
Ricardo H. Herrera, poeta, ensaísta, tradutor nasceu em Buenos Aires, em 1949. Seus últimos
livros são El espíritu del
páramo. Cien poemas 1977-2009 (2011); En la
paz de la página (2012); Cuestión
de luz. Diecisiete poetas argentinos (2013); A
los antiguos lobos de las musas. Ensayos elegidos 1987-2012 (2013); El latido de un día (2015). Desde 1999 dirige a
revista-livro semestral Hablar
de poesía – http://hablardepoesia.com.ar/
PASEO SENTIMENTAL
1
No se apiada de mí mi
corazón...
Un exordio exigente. Duda y
sigue:
Con una hermosa herida vine
al mundo;
Después calla,
abandona su ensayo de lirismo
y sale a caminar,
como quien da su adiós
definitivo
a lo imposible con un rictus
póstumo.
2
Caminemos mi perro,
caminemos...
(Aún lo escoltan las voces de
los otros.)
En realidad, son tres los
perros que lo siguen.
Los cachorros retozan en luchas
fraticidas,
en tanto el Zoilo corre tras
los teros.
El arenal desborda los confines
y la hora es propicia. En la ribera reina
la soledad feliz: plantas y pájaros.
¿Finge
paz el silencio de la hora?
El
corazón lo niega, ahonda el esplendor.
3
El
ocaso lo ciega con su oro
y el
cielo es ocio puro para él.
Emblema
del día intacto de verano,
la
oscura golondrina le regala una imagen:
desciende
como un dardo hacia el espejo
del
río casi inmóvil,
bebe
la ínfima gota que la sacia
sin
detener su vuelo, sin dañar el cristal.
