domingo, 24 de junho de 2012

O poeta, tradutor e ensaísta Esteban Nicotra nasceu em Villa Dolores, Córdoba, Argentina, em 1962. Como poeta publicou La vida que se vive (Editorial Brujas, Córdoba, 2006); é intenso tradutor do italiano, dentre elas: Gente di corsa (Garzanti, Milano, 2000) do poeta Tiziano Rossi; Empirismo herético, de Pier Paolo Pasolini; Por un segundo o un siglo (Editorial Brujas, Córdoba, 2003), de Maurizio Cucchi. Livros que ele me enviou em pdf. Traduziu também poemas e prosas de outros autores italianos: Pavese, Sbarbaro, Luzi, Saba, Conte etc. Abaixo três poemas dele que traduzi.  



ERA A AGONIA

Era a agonia, dor retesada
entre uma febre que devora
e a água de uns olhos
que pediam vida.

(Tudo seria mais fácil
se houvesse um culpado.
Já vejo brilhar a mirada
das caras de madeira oca
sob a altas catedrais com suas cruzes de ferro.)

O lugar que habitavas
está vazio,
e teus gestos são de ar...


ERA LA AGONIA

Era la agonía, el dolor tensado
entre una fiebre que devora
y el agua de unos ojos
que pedían la vida.

(Todo sería más fácil
si hubiera un culpable.
Ya veo brillar la mirada
de los rostros de madera hueca
bajo las altas catedrales con sus cruces de hierro.)

El rincón que habitabas
está vacío,
tus gestos son del aire...



MORTOS DO MAR


Agora entendes a velha súplica.
Pela mão vão os dedos
como uma procissão
dos teus mortos.
De nada vale buscar com a fronte
o oásis do muro.
És um ser de pedra;
a carne cada vez mais
se parece com os ossos.
Há uma vida esquecida
detrás do mais duro,
e uma morte guardada em nossos corpos.
Lá fora o vento vai deixando
as pegadas da vida,
e distante é o amor da árvore com a nuvem
— a ramagem se alonga,
mas as formas brancas fogem.
Na sombra
pulsa o peito de adormecidas pombas.
Porém não há sangue,
não há fogo
somente o ondular lânguido
de corpos nus, quase algas,
entre os lençóis líquidos.  
Rostos cinzentos congelam
com os olhos abertos
sob as ondas verdes.
A noite, porém, está incrivelmente pura...

1982


MUERTOS DEL MAR


Ahora comprendes la vieja plegaria.
Ahí van por la mano los dedos
como una procesión
de tus muertos.
De nada vale buscar con la frente
el oasis del muro.
Eres un ser de piedra;
la carne cada vez más
se parece a los huesos.
Hay una vida olvidada
detrás de lo más duro,
y una muerte encerrada en nuestros cuerpos.
Afuera el viento va dejando
las huellas de la vida
y es lejano el amor del árbol con la nube
–las ramas se extienden
pero las formas blancas huyen.
En la sombra
late el pecho de dormidas palomas.
Pero no hay sangre,
no hay fuego,
sino el ondular lánguido
de cuerpos desnudos, casi algas,
entre las sábanas de agua.
Rostros cenicientos se hielan
con los ojos abiertos
bajo las olas verdes.
Y la noche está increíblemente pura...

1982


NOITE SONÂMBULA


Cidade abandonada
no ar do verão.
Irreal é tua vida,
caminhando e caminhando
como aquele espectro de Bradbury,
teu mistério bebido
nesta noite sonâmbula.
Pisam teus pés as nódoas do dia,
as luzes insones velam seus nichos,
aquela, rubra, torna outonal certa folhagem.
Como um sonho
passa um sopro de terra viva,
porém, no asfalto, o silêncio pesa
e um rumor de néon
vigia este deserto de ninguém.
Em um país que conheceu o crime,
Édipo cego, mendigo inerme,
absorto caminha agarrado ao teu pífaro,  
até o final das ruas,
até onde verte o horizonte
o leite débil da madrugada.  



NOCHE SONÂMBULA


Ciudad abandonada
en el aire del verano.
Irreal es tu vida,
caminando sólo caminando,
como aquel espectro de Bradbury,
bebes su secreto
en esta noche sonámbula.
Pisan tus pies las manchas del día,
velan sus nichos las luces insomnes,
alguna, roja, vuelve otoñal un follaje.
Como un sueño
pasa un soplo de tierra viva,
pero pesa el silencio en el asfalto
y un rumor de neón
vigila este desierto de nadie.
En un país que ha conocido el crimen,
Edipo cegado, mendigo inerme,
caminas absorto aferrado a tu flauta de caña,
hasta el final de las calles,
hasta donde vuelca el horizonte
la leche tibia de la madrugada.